Porque forma parte de nuestra identidad. La Caridad si no es universal, no es Caridad. Renunciar a abordar la dimensión universal de la Caridad es renunciar a nuestra propia identidad.
Porque, no es sólo un programa, sino principalmente un enfoque, una manera de mirar y actuar en nuestra realidadglocal de un mundo cada vez más interrelacionado.
Porque ser solidarios no es una cuestión de fronteras. Si así fuera sería una gestión de privilegios para unos pocos. Por ello, como Cáritas, tenemos una misión específica y concreta e ineludible en nuestra respuesta a una cooperación universal y fraterna.
Porque como Cáritas estamos urgidos a desarrollar un papel propio, no cubierto por otras entidades de desarrollo y cooperación, sean éstas de Iglesia o de la sociedad civil.
Y porque nuestra cooperación, fraterna y universal, da respuesta a la sensibilización sobre las emergencias humanitarias y principales causas de pobreza en el mundo.