“Vivir en habitaciones ha pasado de ser una alternativa transitoria a una solución permanente”
Así lo constata el informe de Cáritas y Esade “Exclusión compartida, vivir en una habitación en un contexto de exclusión residencial y social”, que busca visibilizar y denunciar la realidad de las personas que viven en habitaciones.
Cáritas Diocesana de Barcelona y el Observatorio de la Vivienda Digna de Esade han presentado el informe. El estudio se ha elaborado a partir de 62 entrevistas en profundidad a 50 personas y 4 grupos de discusión con un total de 36 integrantes, principalmente de Barcelona y su área metropolitana, pero también de Girona, Lleida y Tarragona.
“El objetivo principal del estudio es conocer, visibilizar y denunciar la realidad de las personas que viven en habitaciones en un contexto de exclusión residencial y social”, ha explicado Guillermo Oteros, técnico del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas Barcelona. Durante 2023, más de 50.000 personas atendidas por Cáritas en Cataluña vivían en habitaciones.
El estudio identifica las características de esta exclusión residencial y sus implicaciones en el día a día. “Las dificultades de la exclusión residencial se suman a otras formas de exclusión social”, ha explicado Ignasi Martí, director del Observatorio de la Vivienda Digna de Esade. Se piden medidas para garantizar el derecho humano a una vivienda adecuada.
Los autores constatan que vivir en una habitación ha pasado de ser una solución temporal a una situación permanente. La inseguridad jurídica es uno de los principales problemas, ya que la mayoría no dispone de un contrato escrito. “La incertidumbre de perder el techo de un día para otro genera angustia e inestabilidad”, ha señalado Oteros. Además, las dificultades para empadronarse impiden escolarizar a los hijos o acceder a servicios básicos como el centro de salud.
La convivencia en espacios reducidos y compartidos provoca incomodidad y estrés constante, afectando la salud mental y emocional. “La falta de un espacio propio impacta en la calidad de vida”, ha añadido Martí. Esta situación es especialmente dura para las familias con hijos, que viven sin espacio para jugar, aprender o hacer los deberes, afectando su desarrollo emocional y cognitivo.
Finalmente, Eduard Sala, director de Cáritas Barcelona, ha hecho un llamado a las administraciones para resolver las deficiencias del mercado de la vivienda. “Hay que recuperar la función social de la vivienda y entenderla como un derecho, no como un bien especulativo”, ha dicho. Pide un aumento del parque de alquiler social, incentivos para los propietarios y más inversión pública para alcanzar la media europea de gasto en vivienda.
Para finalizar, ha subrayado la importancia de tejer redes de apoyo comunitario. “Vivir en habitaciones es una forma de chabolismo vertical. Necesitamos espacios comunes donde las personas puedan encontrarse y crear comunidad”, ha concluido.