Noticia16/07/2020

Casi 2 de cada 3 familias atendidas por Cáritas en Catalunya se encuentran en situación de pobreza severa

Los ingresos de los hogares han caído un 33 %. Las familias ingresan, de media, unos 536 € mensuales.

 

Cáritas Catalunya publica una investigación realizada durante los meses de mayo y junio para conocer cuál ha sido el impacto de la crisis social y económica causada por la COVID-19 en los hogares acompañados por las 10 Cáritas diocesanas con sede en Catalunya. El informe con el título El impacto de la COVID-19 en las familias atendidas por las Cáritas con sede en Catalunya evalúa el impacto que la crisis está teniendo en diferentes aspectos como el empleo, la situación económica, la vivienda, las redes de apoyo o la salud a partir de 550 entrevistas realizadas a hogares catalanes acompañados por Cáritas.

“Esta situación no está afectando a todas las personas por igual, sino que el impacto ha sido más evidente en aquellos hogares que ya estaban en una situación de mayor precariedad”, ha indicado Francesc Roig, presidente de Càritas Catalunya. La entidad, junto con la Fundación FOESSA ya advertían en el informe sobre exclusión y desarrollo social en Catalunya, que cerca de un millón y medio de personas en Catalunya se encontraban en situación de exclusión social durante 2018.

Impacto en el ámbito laboral

Durante el mes de abril, un 68 % de los miembros de los hogares atendidos por Cáritas en condiciones de trabajar estaban en paro, lo que supone un aumento de 21 puntos porcentuales respecto a principios de marzo, que eran el 47 %. Se trata de hogares con grandes dificultades para acceder al mercado laboral formal, pero también al informal.

El impacto es más evidente en los hogares formados por personas de origen extranjero, por el peso que tienen los trabajos informales en estos hogares. El 1 de marzo, un 10 % de los componentes de estos hogares trabajaba en la economía sumergida, mientras que en las familias de nacionalidad española suponía un 2,8 %. Esta realidad afecta gravemente a la situación económica de las personas sin contrato, no solo por la pérdida de ingresos, sino por la imposibilidad de acceder a las prestaciones de desempleo o a los expedientes de regulación temporal decretados por el estado.

Situación económica de los hogares

Los ingresos de los hogares atendidos por las Cáritas catalanas se han visto reducidos en un 33 %. Las familias ingresan, de media, unos 536 € mensuales. Actualmente, 1 de cada 4 hogares no dispone de ningún ingreso.

“1 de cada 3 personas (36 %) que ha acudido a Cáritas durante la COVID-19 es nueva o hacía más de un año que no se le atendía. Si esta crisis se alarga en el tiempo y no se toman las medidas adecuadas, más familias se verán obligadas a pedir ayuda a la Administración o a las entidades sociales”, ha advertido el presidente de Càritas Catalunya. Y es que casi 2 de cada 3 familias atendidas por Cáritas en Catalunya, concretamente el 65,2 %, se encuentran por debajo del umbral crítico de la pobreza severa. Antes de la COVID-19, eran el 49,7 % de las familias, lo que supone un incremento de un 15,5 % en solo dos meses.

Situación de la vivienda

La mitad de los hogares atendidos por Cáritas han tenido dificultades para hacer frente a los gastos de la hipoteca o el alquiler (49 %), y el 45,6 % admite que no tiene suficiente dinero para pagar los gastos de suministros.

El 36 % de las familias han tenido que reducir los gastos de alimentación, provocando que no hayan podido seguir una dieta adecuada. Se ha llegado al extremo de que un 18,8 % ha dejado de comprar medicamentos. La incidencia de esta situación en los hogares con menores a cargo ha generado dificultades para conciliar el cuidado de los niños y el trabajo. Un 12 % de los hogares admiten que han renunciado a un empleo o trabajo para cuidar de los niños. Del mismo modo, la situación ha hecho aflorar la brecha digital existente, ya que el 13 % de los hogares no disponen de conexión a internet y el 35,8 % no tiene las habilidades necesarias para hacer trámites en línea. La imposibilidad de realizar trámites de manera digital excluye a muchos hogares de las oportunidades de acceder a ayudas, trabajos o formación. Finalmente, en el 61 % de los hogares, la crisis económica y sanitaria, sumada a la situación de confinamiento ha provocado un incremento de la ansiedad y los problemas para dormir y un 17 % de las familias han constatado que los conflictos en el hogar han aumentado a raíz de la situación.

Riesgos y retos que plantea la crisis de la COVID-19

Desde Cáritas, se ha remarcado la importancia de la comunidad, destacando que hay que impulsar estructuras comunitarias que favorezcan espacios de cohesión social. Las entidades sociales del Tercer Sector tienen un reto en la construcción de estos espacios y en el fomento de la participación tanto de las personas destinatarias de la acción como de las personas que pertenecen a la comunidad.

Asimismo, es necesario que la Administración impulse políticas públicas de vivienda encaminadas a facilitar el acceso y el mantenimiento de un hogar asequible para todos. En cuanto a los ingresos, es necesario un encaje correcto entre el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y la Renta Garantida de Ciudadanía (RGC), garantizando que ambas sean complementarias. Finalmente, hay que ampliar la cobertura del IMV todos aquellos colectivos que están excluidos, como las personas en situación administrativa irregular, los jóvenes de entre 18 y 22 años o las personas en situación de sin hogar.