Noticia10/10/2023

Entidades de Iglesia denuncian el impacto de la precariedad laboral en la salud mental

La plataforma ha instado a impulsar políticas en el ámbito de la prevención, ampliando los recursos humanos y materiales de la Inspección de Trabajo e invirtiendo más en los organismos técnicos

Esta tarde, unas cincuenta personas se han concentrado en la plaza de la Catedral de Barcelona para reivindicar que un trabajo decente nunca puede perjudicar a la salud. Convocados por la plataforma Iglesia por el trabajo decente*, los concentrados han denunciado la precariedad laboral que sufren muchas personas trabajadoras, el impacto de esta precariedad en la salud mental y el alto índice de siniestralidad que existe en la actualidad. Según el Observatori del Treball i Model Productiu de la Generalitat, en el primer semestre de 2023 se han producido en Catalunya un total de 104.936 accidentes de trabajo, perdiendo la vida 47 personas. «La falta de salud laboral es un grave problema social que pide soluciones colectivas atrevidas», han defendido desde la plataforma.

La acción pública ha querido mostrar las consecuencias vitales que tiene la precariedad laboral en varios colectivos: jóvenes, mujeres, migrantes en situación administrativa irregular y desempleados mayores de 45 años. Se han mostrado ilustraciones de distintos ámbitos de la vida: salud, alimentación, vivienda, tiempo libre/cultura, educación, conciliación familiar y fiscalidad. Las personas participantes han realizado un recorrido por los siete conceptos, eligiendo en que se gastaban el sueldo precario que inicialmente se les ha asignado. De esta forma, se ha demostrado cómo sin un sueldo digno no se puede llevar una vida digna.

Con relación a la salud, y más concretamente a las consecuencias de la precariedad laboral en la salud mental, la Iglesia por el Trabajo Decente ha citado el reciente informe “Salut Mental i Estigma a les organitzacions catalanes” de la fundación Obertament. El informe expone que el 40% de las personas trabajadoras encuestadas del conjunto de Catalunya consideran que su salud mental es mala o regular, que el 60% han sufrido alguna patología de este tipo no han dejado de ir al trabajo y que el 44% trabaja de forma frecuente a pesar de pasar por esta situación. Además, un 90% de las que han pasado por un problema de salud mental no se han sentido capaces de hablar de ello en el trabajo.

«Factores como la pobreza económica, la precariedad laboral, un nivel de formación bajo o unas políticas sociales insuficientes tienen una mayor incidencia en la salud mental de las familias vulnerables y de sus hijos e hijas», ha explicado Joan Mate, portavoz de la plataforma. Los datos de Cáritas Diocesana de Barcelona corroboran esta situación, ya que 2 de cada 3 padres y madres acompañados por la entidad se encuentran en situación de sufrimiento psicoemocional, el triple que el conjunto de la población de Barcelona de 15 o más años. Se reproduce el mismo patrón para niños, niñas y adolescentes de estas familias: 3 de cada 5 se encuentra en una situación de sufrimiento psicoemocional, lo que triplica la media de la población.

Por último, y durante la lectura del manifiesto, se ha pedido un trabajo decente que no perjudique nunca la salud de las personas trabajadoras, y se ha exigido la implantación y el cumplimiento de todas las normas y medios de prevención de riesgos laborales. Siguiendo lo que los sindicatos ya han pedido en numerosas ocasiones, la plataforma ha instado a impulsar políticas en el ámbito de la prevención por parte de la Generalitat de Catalunya y el Gobierno de España, ampliando los recursos humanos y materiales de la Inspección de Trabajo e invirtiendo más en los organismos técnicos, como el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo y el Institut Català de Seguretat i Salut Laboral. También se ha pedido un compromiso de las empresas catalanas con la vida y salud de las personas trabajadoras. “Es hora de evitar todo tipo de perjuicio por la salud. La precariedad atenta contra la humanización del trabajo, y debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para ponerle solución”, han concluido.

*La Plataforma Església pel Treball Decent està conformada per les següents organitzacions: Acció Solidària Contra l’Atur, Càritas Diocesana de Barcelona, Cristianisme i Justícia, Delegació Diocesana de Pastoral Social i Caritativa, Delegació Diocesana de Missions de Barcelona, Fundació Formació i Treball, Justícia i Pau, Mans Unides, Secretariat diocesà de Pastoral Obrera (amb els seus moviments ACO, JOC, GOAC i MIJAC), Unió de Religiosos i Religioses de Catalunya i Cristianisme al segle XXI.