Nuestra Cinta sobre todo

Aunque la fiesta litúrgica de la Virgen de la Cinta se celebra el primer sábado de septiembre, es el primer domingo cuando las tortillas y los tortosinos aclaman a su patrona y la reciben con aplausos y cantos en una catedral llena de fe, de devoción mariana, de gente que canta a una sola voz: «nuestra Cinta sobre todo».

Con la fiesta de la Virgen de la Cinta en la capital, como preámbulo, toda la diócesis se dispone a vivir y a celebrar el día 8 de septiembre a la bienavenida Virgen María que, en la fiesta de su Natividad, fue constituida patrona principal de la diócesis en 1867 por el Papa Pius IX.

La nuestra es una diócesis de fuerte tradición mariana en la que María se hace presente por toda la geografía. Son 47 las parroquias dedicadas a la Virgen y 61 las ermitas, capillas y santuarios que conservan y veneran su imagen. Con María se nos hacen cercanas la ternura, la mirada amorosa, la sonrisa y la maternidad de Dios que se revelan en cada una de las diferentes advocaciones con las que conocemos y veneramos a la Madre.

Es ella la que nos dice: hacéis lo que Él os diga, y somos nosotros los que le decimos sí, a su estilo, a su manera, haciéndonos cercanos a las necesidades de los hermanos, como María lo hizo a Ain Karim, compartiendo con su primo Elisabeth la esperanza y el anhelo; en Caná de Galilea, abriendo los ojos a las carencias y pobrezas de los comensales; al pie de la cruz, con la presencia firme y callada, compadeciéndose, haciendo suyo el dolor y el sufrimiento del Hijo.

El Papa Francisco nos dice que Cáritas es «la caricia, la ternura de la Iglesia a sus hijos». Como María, también nosotros a través del compromiso caritativo y social de nuestras parroquias, queremos acompañar a la gente y ser para las demás ayuda en el dolor y en la enfermedad, en la soledad; fuente de compasión y de misericordia, de socorro y de esperanza, consolación y vínculo de amor, causa de alegría. Como María, también nosotros a través de Cáritas hacemos presente a Jesús en el mundo.