24/07/2024

Los beneficios de practicar deporte

Desde muy joven he podido disfrutar de la nieve, este fenómeno meteorológico que durante el invierno cubre de blanco las cumbres de muchas montañas del Pirineo. Por suerte nació en la ciudad de, donde a principios del siglo pasado se hicieron las primeras esquiadas en la zona de Els Rasos de Valira, y este hecho, despertó el interés por el esquí en muchos jóvenes de nuestra comarca, y los inició en la práctica de este deporte.

Si bien en un principio los esquís sólo eran utilizados para hacer desplazamientos rápidos sobre la nieve, sobre todo, a los países nórdicos, donde también se usaban las raquetas; cuando el esquí se introdujo en nuestra casa, ya había dos modalidades de competición, el nórdico y el alpino, y con la evolución de los materiales (esquís y fijaciones) a partir de los años 60, se generaron una serie de disciplinas nuevas, que hoy en día, podemos disfrutar con más variedad de prácticas y competiciones.

Los deportes que podemos practicar en plena naturaleza siempre son beneficiosos para el cuerpo y la mente, y aunque el esquí no es un deporte de equipo, en la mayor parte de sus modalidades, sí nos presenta retos, con una serie de obstáculos que debemos saber superar, con el mínimo de tiempo posible; en una carrera de eslalon, debemos coordinación, para que no haya ningún movimiento en falso, también agilidad mental, para saber controlar en todo momento nuestra velocidad, resistencia de piernas y agilidad del cuerpo, que para conseguirlo necesitamos haber hecho un buen entrenamiento; en cambio para una carrera de fondo, se necesita mucha resistencia física y saber sincronizar bien los movimientos de brazos y de esquís.

Durante muchos años ir a la nieve era sinónimo de ser de una clase privilegiada, el coste del material y el vestuario eran prohibitivos para muchas economías familiares, sin tener en cuenta el desplazamiento, ya que a pocas estaciones de esquí se podía acceder con transporte público, limitando el acceso a los que tenían vehículo propio, y a todo ello, había que añadir todavía el coste de los remontadores, el forfait. Hoy este deporte se ha socializado, y podemos disfrutar de la nieve haciendo esquí de montaña o paseos con raquetas, con un gasto mínimo para el alquiler de material, además, para aprender a esquiar hoy en día, casi todas las escuelas ofrecen semanas blancas, para que los niños puedan hacer una cata de nieve.

Practicar un deporte hace que la persona se sienta parte del equipo, y eso, le ayuda también a romper barreras sociales, ya que cuando competimos por un club manifestamos un sentido de pertenencia, que es compartido por el resto de miembros del grupo, y nos hace estar bien, el hecho de sentirnos acogidos.

En el mundo del esquí es muy importante tutelar a la persona que quiere practicar este deporte, ya que requiere de unos movimientos diferentes de los que empleamos cuando caminamos o corremos, y eso necesita de un buen acompañamiento en sus inicios; cuando hablamos de acompañar en la práctica del esquí nos referimos a la enseñanza, la capacitación y la integración a un deporte que lo facultará para desplazarse con seguridad por pendientes, y también, poder esquiar en grupo, disfrutando de los compañeros y del paisaje; es decir, que el nuevo esquiador lo estamos integrando en la cultura y el ambiente de un deporte de invierno.

Pero no es del mundo del esquí que sólo quiero hablar, sino de poder disfrutar de la naturaleza y de la nieve, compartiendo deporte, excursiones y compañía que ayude a personas de otros lugares, a integrarse en este ambiente de montaña, con grupos autóctonos. Para los amantes de la naturaleza, pero con menos aptitudes para hacer deporte, se les puede hacer participar del mundo de la nieve por medio de los paseos con raquetas, que a menudo suelen ir acompañadas de información sobre la flora y la fauna del lugar que estamos visitando, algunas enseñan a saber construir iglús y también a reconocer las diferentes cualidades de la nieve, para evitar accidentes. El hecho de participar en estas excursiones nos abre la puerta a la integración, en grupos que practican este tipo de salidas a la montaña, durante todo el año.

Por mi dedicación y formación en el mundo del esquí, y en mis salidas a la montaña, tanto con esquís, raquetas o a pie, en todos los lugares que he estado, siempre me he sentido acogido por la naturaleza. Puede parecer extraña esta expresión, pero cuando estamos por encima de los 2.000 metros los paisajes desprenden una magia que nos hace sentir especiales, el viento que con su fuerza hace volar nuestra imaginación, dejando disfrutar la mente de esa paz, que sólo el Silencio de los Profetas puede romper.